La realidad del Salon de los Espejos
Uno de los pocos libros [mayas] que sobrevivió es el llamado Códice de los eclipses (que se encuentra en la ciudad alemana de Dresde), y en él están profetizados estos eventos astronómicos hasta el siglo xxi con una precisión impresionante. Allí estaba anunciado el eclipse del día 11 de agosto de 1999, y venía acompañado de una profecía que decía que con ese eclipse la humanidad entraría en el llamado «Salón de los Espejos», donde debíamos aprender a observarnos a nosotros mismos tal como somos para entender la necesidad de un cambio, y emprenderlo. Con tal fin se produciría en este tiempo el «Cahuac» (la «tormenta»), que sería un período muy violento que conduciría a una gran transformación de todo cuanto nos rodea. También se hacía referencia a que estábamos entrando en la Era de la Madre, por lo que nuestra relación con el planeta (la Madre Tierra) era vital; o aprendíamos a convivir con la naturaleza en armonía, o la naturaleza misma se encargaría de deshacerse de nosotros.
Precisamente con este eclipse se iniciaría una era de cataclismos naturales, como la fuerte radiación proveniente del espacio el 15 de septiembre de 2005, o el 7 de ese mismo mes que se produciría un terremoto de 5,9 grados en Grecia con 218 muertos, el 8 inundaciones en China con miles de muertos, el 17 un terremoto de 7,4 grados en Turquia con 15000 muertos, el 20 un terremoto de 7,6 en Taiwán con 2000 muertos, el 22 una cadena de terremotos entre los 2 y 5,2 grados en todo el planeta y el 10 de octubre lluvias que produjeron 300 muertos y 500 000 damnificados en Mexico. Siguiendo con la lista, no podemos dejar pasar el terrible Tsumani acaecido en Sumatra en Indonesia con mas de 300 000 muertos en 2004 y ni que hablar de la temporada de huracanes de 2005 teniendo como uno de los mas destructivos a Katrina en las costas de Florida, y aun no termina…
Otro dato es que el cono de sombra de este eclipse del 11 de julio de 1999, se proyecto precisamente sobre medio Oriente (Irak, Iran, Afganistán, Pakistan e India) señalando un area sacudida por conflictos y una amenaza constante de confrontación con arsenal nuclear actualmente, sin contar la intervención estadounidense por el petróleo que ha complicado exponencialmente el peligro.
En los días inmediatos al eclipse coincidieron otros eventos estelares, como por ejemplo, el alineamiento de todos los planetas del sistema solar (a excepción de Plutón) con centro en la Tierra. Era una formación astrológica en el cielo en forma de cruz llamada «conjunción planetaria», en medio de los signos fijos: Tauro, Leo, Acuario y Escorpión (que según esoteristas estarían representando los cuatro seres delante del trono en el Apocalipsis: el Toro, el León, el Hombre y el Águila, a la vez que a los cuatro evangelistas). Esta gran cruz sería el símbolo del cambio dinámico, de la evolución. Este suceso sería de gran ayuda para el advenimiento de la luz, y daría inicio a una gestación simbólica que duraría nueve meses y culminaría entre los días 3 (día de la Santa Cruz) y 5 de mayo de 2000. Éste sería un momento propicio para el nacimiento colectivo hacia una conciencia superior, en donde habría de aflorar la divinidad femenina dentro de cada ser humano, lo cual trae la fuerza de la ternura, el amor y la abundancia, lo que nos daría la oportunidad de sensibilizarnos.
El tiempo Cíclico
Al igual que otros pueblos indígenas, sostenían que la humanidad ya había vivido 4 grandes ciclos o soles. La ultima de estas etapas habría sido Atlantis, cuyo conocimiento, tras la desaparición de ese mundo, habría sido depositado en el Antiguo Egipto y en el golfo de México. Ahora nos encontraríamos en el quinto y último ciclo, completando los casi 26.000 años de los que ya nos hablaban Pitágoras, Empédocles y tantos otros (conocidos como la precesion de los Equinoccios).
Uno de los textos mas sagrados Mayas, el Popol Vuh habla de la existencia de cinco eras cosmicas establecidas de una forma ciclica. Cada una de estas eras corresponderia a uno de los elementos; asi al término de cada era se produce una purificación en la que se evoca a cada elemento. Por ejemplo, en una de las eras todo acabo con el aire, probablemente heladas o inviernos glaciares; otra acabo con una purificación de fuego, una posible lluvia meteorica; otra con la tierra y erupciones volcanicas masivas y otra con el agua y el diluvio Universal (muy bien explicada en los textos de la Epopeya de Gilgamesh).
En este momento nos encontrariamos en la quinta de esas eras o ciclos, donde el elemento predominante es el movimiento, elevación sistematica y masiva de la actividad telurico-magnetica en todo el globo.
Básicamente los calendarios creados por los Mayas estaban montados sobre el llamado tiempo ciclico, en donde una vez que cada ciclo termina da inicio a otro y asi sucesivamente. Sin embargo, cada ciclo trae consigo una elevación espiritual humana y una restauración de la integridad terrestre por cuanto la civilización del ciclo anterior habia cometido errores en el manejo de la naturaleza y sus recursos. No se necesita ser un iniciado para entender que con solo 1 metro de humus que sea quitado de la superficie terrestre, el planeta podria renovarse y “sacudirse” de la plaga que hemos terminado siendo para la ecologia y el equilibrio, como lo veremos mas adelante.
El Tzolkin y el tiempo circular
Los adelantos astronómicos les permitieron a los mayas asegurar que nuestro sistema solar se desplaza en una elipse que lo acerca y lo aleja del centro de la galaxia a través de ciclos.
La duración de ese ciclo es de 25.625 años, lapso denominado Jornada Cósmica o Galáctica, cuyo funcionamiento sería similar al día y la noche para nosotros: la mitad de ese tiempo, es decir, aproximadamente 12.812 años, es denominado el “día del cosmos”, cuando nos encontramos más cerca del centro de la galaxia. La otra mitad del recorrido, en la que estamos en la sombra, es la “noche del cosmos”. Cada “día” y cada “noche”, en lugar de durar 12 horas aproximadamente, duran 12.812 años, y se continúan como etapas constantes, una tras la otra. Esa Jornada Cósmica se divide en 5 ciclos de 5.125 años, según nuestro calendario:
1- Mañana Cósmica: Es una etapa de gestación. El sistema solar acaba de dejar la oscuridad para entrar en la luz.
2- Mediodía Cósmico: Es un período de desarrollo muy fuerte. La influencia del sol central de la galaxia es muy marcada.
3- Tarde Cósmica: La fuerza del sol central comienza a mermar.
4- Atardecer Cósmico: Representa la toma de conciencia acerca de lo que se ha hecho. La noche está próxima.
5- Noche Cósmica: Es la oscuridad que precede a un nuevo renacer, el último eslabón, anterior a otros 5 ciclos.
En el Códice de Dresde dejaron registrado que cada 1.872.000 kines (es decir, aproximadamente 5.125 años gregorianos), el Sol sufre fuertes alteraciones, con erupciones de viento solar y manchas enormes. Cuando esto ocurre, el ser humano debe estar alerta porque es un presagio de cambio muy marcado.
Esta profecía dice que nuestro sistema solar empezó a salir de la Noche Cósmica para entrar en una nueva Mañana. Sobre el final de cada ciclo de 5.125 años, el Sol central de la galaxia emite un potentísimo rayo de luz que sincroniza todos los planetas, iluminando todo el universo. Ese resplandor dura 20 años, marcando una transición. En nuestro caso, desde el año 1992 hasta el 2012. Es un momento evolutivo sin precedentes, donde transitamos un no-tiempo, con la posibilidad de definir nuestro futuro. Es una energía que aumenta y acelera la vibración en todo el universo, transformando las emociones y los pensamientos del hombre, para conducirlo a una mayor perfección. Si bien se habla de la desaparición de la humanidad como especie pensante en caso de no entender el cambio de mentalidad que debemos dar, muchos se inclinan a comprenderlo como un escalón a subir, una gran oportunidad para evolucionar, o bien de quedarnos estancados. La humanidad tendría la gran posibilidad de regenerarse espiritualmente, elevando su conciencia. Podría tener su lugar el verdadero progreso, tan buscado en disciplinas científicas. Los mayas vaticinaron también que las palabras de sus sacerdotes serían escuchadas como una especie de guía para el despertar, y lo cierto es que la “oleada maya” ha ido creciendo en forma exponencial en esta época. Basta ver la cantidad de libros y sitios de internet sobre el tema para darnos cuenta de que la “vuelta” parece instalada definitivamente.
Los Mayas tenian varios calendarios: el denominado Haap es solar, constaba de 18 meses de 20 dias a los que se sumaban 5 dias suplementarios. El Haap tiene una estructura similar al calendario civil egipcio que tambien añade a sus 360 dias otros 5(epagomenos), a sus 12 meses de 30 dias.
Pero el calendario mas usado por los Mayas era el Tzolkin, de 260 divididos en 13 meses de 20 dias. La combinación de ests 2 computos les permitia establecer la llamada rueda calendarica, con un ciclo de 18980 dias (minimo comun multiplo de 260 y 365), el resultado era un calendario muy preciso sin correcciones que permitia formular una serie ininterrumpida para cada ciclo de 5125 años denominada cuenta larga. Traducida en nuestro calendario esta cuenta se inicia el 11 de agosto del 3114 A.C. y termina aproximadamente el 23 de diciembre del 2012. La Asombrosa precision del computo Maya del tiempo se refleja en su forma de escribir la fecha completa. Por ejemplo, primero se situa el numero de la cuenta larga, seguido del numero del dia del Tzolkin, y del mes correspondiente. A continuación se escribe el dia del Haap y su mes, en esta serie temporal que corresponde a una era se establecen asi cantidad de ciclos. El dia (kin), el uinal (mes de 20 dias), el tun (18 uinales o 360 dias), el Katun (20 tunes o 19,71 años), el baktun (20 katunes o 394,25 años) y otros de mayor duracion. Cada ciclo recibe influencias de distintas modulaciones del rayo cosmico de desciende del centr galactico y dirige la evolucion del planeta produciendo cambios mas profundos cada 5125 años.
Tomado de http://www.enigma-tico.com/20122.html
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