A partir de los Dieciséis Principios Sagrados de la Creación, nacen y se inician Dieciséis Evoluciones Primordiales, de las cuales se despliegan cientos de reinos interconectados que forman el Universo manifestado.
Cuando mi Padre que está en los Cielos, Olófi, mi Señor Agwá Olórun, quiso diversificar su proceso creativo, estas Dieciséis Evoluciones Primordiales recibieron la orden de mezclarse. Y se mezclaron sabiamente sin confundirse, para dar lugar a 240 Aspectos de Dios, cuya representación abstracta individual son los Óddun Omólúos, Óddun Hijos, o Signos Hijos de los 16 Óddun o Signos Primordiales.
Cada uno de estos Óddun o Signos Hijos pone en marcha con su surgimiento, una forma de evolución diferente de las demás, bajo la marca de su propia regencia.
En cada una de esas 256 Evoluciones, se generan formas de vida y formas de conciencia, o sea, se generan seres vivos, puesto que en cada una nacen oleadas de generaciones de criaturas: electrónicas, plasmáticas, minerales, vegetales, animales, elementales, humanas, oríshas.
Las criaturas creadas de cualquier orden, tienen diferencias entre sí, diferencias no solo físicas, no solo estructurales, sino que también tienen diferencias en los patrones de sus procesos internos, en su metabolismo, en su funcionamiento bioquímico, en sus dinámicas psicológicas, y en todos sus aspectos comparables. (...)”
tomado de http://cubayoruba.blogspot.com/
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