"A un anciano sabio se le acercó un joven y le pidió que le enseñase el camino para hacerse sabio. El noble anciano lo llevó hasta un arroyo y allí le hizo meter la cabeza en el agua, donde se la detuvo pese a los desesperados esfuerzos que hacía el presunto discípulo por escapar de la inesperada trampa. Por fin el sabio le soltó y una vez que le hubo dejado reposar le preguntó: - ¿Qué deseabas cuando tenías la cabeza bajo el agua? - ¡Aire, Maestro!-¿No querías mejor riquezas, no buscabas a tus padres, no cuidabas de tus amigos, no te importaban tus compromisos? - ¡No, maestro, yo sólo deseaba aire! - Pues bien, así, con esa misma fuerza que habéis deseado el aire, desead la sabiduría y seréis sabio- dijo del anciano y se marchó."
Adolfo Terrones Benítez. Gdo.32
Alfonso Leon García Gonzalez. Gdo.33
El libro del aprendiz masón.
sábado, 1 de marzo de 2008
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Es bonito ;) aunque no consigo relacionar el título de la entrada con su contenido...
ResponderEliminarEl título sería "fórmula para encontrar el camino de la sabiduria" u orientarte
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