En la noche, en tu mano brilló como luciérnaga mi reloj. Oí su cuerda: como un susurro seco salía de tu mano invisible. Tu mano entonces volvió a mi pecho oscuro a recoger mi sueño y su latido.
El reloj siguió cortando el tiempo con su pequeña sierra. Como en un bosque caen fragmentos de madera, mínimas gotas, trozos de ramajes o nidos, sin que cambie el silencio, sin que la fresca oscuridad termine, así siguió el reloj cortando desde tu mano invisible, tiempo, tiempo, y cayeron minutos como hojas, fibras de tiempo roto, pequeñas plumas negras.
Como en el bosque olíamos raíces, el agua en algún sitio desprendía una gotera gruesa como una uva mojada. Un pequeño molino molía noche, la sombra susurraba cayendo de tu mano y llenaba la tierra. Polvo, tierra, distancia molía y molía mi reloj en la noche, desde tu mano. Yo puse mi brazo bajo tu cuello invisible, bajo su peso tibio, y en mi mano cayó el tiempo, la noche, pequeños ruidos de madera y de bosque, de noche dividida, de fragmentos de sombra, de agua que cae y cae: entonces cayó el sueño desde el reloj y desde tus dos manos dormidas, cayó como agua oscura de los bosques, del reloj a tu cuerpo, de ti hacia los países, agua oscura, tiempo que cae y corre adentro de nosotros. Y así fue aquella noche, sombra y espacio, tierra y tiempo, algo que corre y cae y pasa. Y así todas las noches van por la tierra, no dejan sino un vago aroma negro, cae una hoja, una gota en la tierra apaga su sonido, duerme el bosque, las aguas, las praderas, las campanas, los ojos.
Tod@s distamos lo mismo del Centro (Sabiduría, Conocimiento, Verdad, Ser Supremo...), libres de opinar y de creer a nuestra manera, siempre que no dañemos a nadie ni afectemos al libre albedrío. Compartir, no imponer; sin dogmas. Cualquier religión puede servir de camino mientras quien la sigue comprende esto. De la misma manera, no es necesario seguir una religión para llegar a la Verdad. Cada uno tenemos NUESTRO camino personal y único.
3 Veces 3
Aquello que enviamos nos viene de vuelta multiplicado por tres. "Lo que damos de corazón es lo que recibimos."
Libre albedrío
No debemos usar la magia para manipular a otras personas. Nadie tiene derecho a hacerlo. Por tanto no son bienvenidos los hechizos de amor.
Que cosa mas.... Chula?? Las cosas que se pueden encontrar por la calle. Me tengo que hacer con un minirreloj de pared... ya.. 8-)
ResponderEliminarOda a un reloj en la noche
ResponderEliminarPablo Neruda
En la noche, en tu mano
brilló como luciérnaga
mi reloj.
Oí
su cuerda:
como un susurro seco
salía
de tu mano invisible.
Tu mano entonces
volvió a mi pecho oscuro
a recoger mi sueño y su latido.
El reloj
siguió cortando el tiempo
con su pequeña sierra.
Como en un bosque
caen
fragmentos de madera,
mínimas gotas, trozos
de ramajes o nidos,
sin que cambie el silencio,
sin que la fresca oscuridad termine,
así
siguió el reloj cortando
desde tu mano invisible,
tiempo, tiempo,
y cayeron
minutos como hojas,
fibras de tiempo roto,
pequeñas plumas negras.
Como en el bosque
olíamos raíces,
el agua en algún sitio desprendía
una gotera gruesa
como una uva mojada.
Un pequeño molino
molía noche,
la sombra susurraba
cayendo de tu mano
y llenaba la tierra.
Polvo,
tierra, distancia
molía y molía
mi reloj en la noche,
desde tu mano.
Yo puse
mi brazo
bajo tu cuello invisible,
bajo su peso tibio,
y en mi mano
cayó el tiempo,
la noche,
pequeños ruidos
de madera y de bosque,
de noche dividida,
de fragmentos de sombra,
de agua que cae y cae:
entonces cayó el sueño
desde el reloj y desde
tus dos manos dormidas,
cayó como agua oscura
de los bosques,
del reloj
a tu cuerpo,
de ti hacia los países,
agua oscura,
tiempo que cae
y corre
adentro de nosotros.
Y así fue aquella noche,
sombra y espacio, tierra
y tiempo,
algo que corre y cae
y pasa.
Y así todas las noches
van por la tierra,
no dejan sino un vago
aroma negro,
cae una hoja,
una gota
en la tierra
apaga su sonido,
duerme el bosque, las aguas,
las praderas,
las campanas,
los ojos.
Te oigo y respiras,
amor mío,
dormimos.