jueves, 11 de septiembre de 2008

Teoría de la catástrofe de Toba

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Mapa en inglés que muestra la ubicación del lago Toba (Lake Toba)


Mapa en inglés que muestra la ubicación del lago Toba (Lake Toba)




Imagen que muestra cómo se habría visto la erupción del Toba desde el espacio; la flecha que señala al Norte apunta hacia la esquina superior izquierda de la foto



Imagen que muestra cómo se habría visto la erupción del Toba desde el espacio; la flecha que señala al Norte apunta hacia la esquina superior izquierda de la foto

La teoría de la catástrofe de Toba establece que la evolución humana fue afectada por un reciente evento de tipo volcánico. Fue propuesta en 1998 por Stanley H. Ambrose, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Este evento habría reducido la población mundial a 10.000 o incluso unas 1000 parejas reproductoras.

El conocimiento sobre la prehistoria humana es en gran medida teórico, pero está basado en las evidencias obtenidas de fósiles, la arqueología y las evidencias genéticas.

En los últimos tres a seis millones de años, tras la separación de los linajes de humanos y simios del tronco común de homínidos, la línea humana se ramificó en varias especies. La teoría catastrófica de Toba establece que una inmensa erupción volcánica cambió el curso de la historia al producir la casi extinción de la población humana (Este tipo de eventos se denomina «cuello de botella de población»). Hace entre 70.000 y 75.000 años, el supervolcán del lago Toba, en el norte de la isla indonesia de Sumatra, explosionó como una caldera con una fuerza 3000 veces superior a la erupción del monte Santa Helena, dejando como rastro el actual lago Toba (el lago volcánico más grande del mundo, de 100 km × 30 km y 505 m de profundidad). Se han encontrado restos de esta explosión hasta en lugares remotos como India.

Según Ambrose, esto provocó una caída de la media de las temperaturas de unos 3 a 3,5 °C, con un invierno volcánico global que pudo durar entre 6 y 7 años. En las regiones templadas produjo una disminución de las temperaturas globales de 15 °C de promedio, lo que representa un cambio drástico en el ambiente, que debió producir múltiples cuellos de botella de población en varias especies humanas que debían existir en la época. Este cambio aceleró a su vez la diferenciación de las poblaciones humanas aisladas, conduciendo finalmente a la extinción de todas las especies humanas (menos una, de la cual descienden los humanos actuales).

Una combinación de evidencias geológicas y modelos computacionales apoya la factibilidad de la teoría de la catástrofe de Toba, y la evidencia genética sugiere que todos los humanos actuales, a pesar de la aparente variedad, provienen de un mismo tronco formado por una población muy pequeña (véase Adán cromosomal-Y). Utilizando las tasas promedio de mutación genética, algunos genetistas han estimado que esta población humana original vivió en una época que concuerda con el evento de Toba.

Esta teoría establece que cuando el clima y otros factores fueron propicios, las humanos nuevamente se expandieron a partir de África, migrando primero al Oriente Medio, y luego a Indochina y Australia. Las rutas migratorias crearon centros de población en Uzbekistán, Afganistán e India. Las subsiguientes adaptaciones al medio produjeron las diferentes tonalidades en el color de la piel que hoy en día se observan en la población humana.

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